Siempre me maravillaron los flamencos.
Elegantes, delicados, con ese precioso color en su plumaje.
Y esas finas patas que sujetan ese cuerpo generoso.
No me canso de observarlos cuando voy al zoo.
Y mientras los admiro, me pregunto ¿por qué se paran sobre una pata?
He estado curioseando por internet y la conclusión es para regular su temperatura corporal.
¡Curioso! Nunca lo hubiese imaginado.
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