miércoles, 16 de julio de 2014

El placer de las pequeñas cosas

Instalado el verano y el buen tiempo en casi toda España, llega el momento de sentarse en una terraza y pedir una bebida refrescante. 
Mucho hielo y una reconfortante bebida en el vaso hacen de nuestra estancia un verdadero placer. 
Es el placer de las pequeñas cosas. 

Conversamos. 
Y entre risas y silencios, observamos a los que nos rodean, como hablan y gesticulan al tiempo que agitan los vasos y suena el tintineo de los hielos para exprimir el líquido de su bebida y dar un último sorbo.

El niño que llora.

La paloma que se acerca a comer los pocos restos del aperitivo que a alguien le han caído al suelo. 
Y miramos a la paloma...
Y después al cielo, al mar y nos relajamos. 

¡Buen verano!